El inventario es el espejo en el que se mira toda cadena de suministro. La labor de gestión refleja directamente lo ágil y rentable que es una empresa frente a otra. Un caso concreto lo sufren, por ejemplo, las organizaciones ancladas al sistema de manufactura ‘make-to-stock’ (o MTS), acusando de forma continua un exceso de inventario que les provoca una hemorragia en la rentabilidad y limita en exceso su capital. Otras compañías luchan contra grandes cantidades de existencias ya obsoletas, lo que es aún peor para mantener en equilibrio el balance del ejercicio y, a la larga hacen que sea una tarea ingobernable liquidar el inventario sobrante y lograr un retorno óptimo de la inversión.
La única manera sostenible de hacer que se reduzca este inventario pasa por mejorar la productividad de los procesos de la cadena de suministro. Para ello, tu empresa necesita adoptar una visión global de todo el proceso y tener sobre la mesa los insights clave del procedimiento. Por esta razón, tanto si eres fabricante como distribuidor no pierdas detalle de estos cuatro indicadores que te ayudarán a conocer cómo de saludable es tu cadena de suministro.
Niveles de servicio objetivo
Lo niveles de servicio son los encargados de medir el rendimiento de tu sistema de inventariado e indican el porcentaje al que se deben lograr esas metas. En el caso de la gestión de existencias tendrás que seguir muy de cerca los clientes que no experimentan un desabastecimiento. Este es un factor clave. Conocer de primera mano qué niveles de servicio son necesarios por artículo abastecido a través de la cadena de suministro te ayudará a satisfacer la demanda de tus clientes y mantenerlos felices en todo momento.
Capital atado a stock
Asegúrate de tener siempre presente la cantidad de capital invertido en stock. Esta comprobación se puede hacer a través del método de clasificación de inventario ABC. De esta forma, es aconsejable mantener un equilibrio con los productos clasificados como tipo A, debido a que representan un alto volumen de tu stock y a su tienen una rotación muy rápida. Los productos tipo B y C, que representan un porcentaje entre el 15% – 5% del stock total, otorgan un mayor margen de maniobra y facilitan a las empresas a experimentar con menores volúmenes de stock para reducir la inversión de capital total. Si puedes reducir este capital mediante la disminución de productos B o C y a su vez mantener unos niveles de servicio altos, liberarás capital para otras necesidades de negocio de más prioridad (acciones de marketing, I+D, etc).
Recuperación de los atrasos
A día de hoy, los encargados de mantener al día el inventario deben tener ojo avizor a la hora de gestionar la cartera de pedidos pendientes de entrega o del desabastecimiento. Aunque tener un alto nivel de pedidos pendientes puede indicar una fuerte demanda del mercado, esto también supone riesgos inherentes como la pérdida de clientes o que se cancelen las órdenes de venta debido a largos períodos de espera para su entrega. En este caso, disponer de un sistema de automatización encargado de notificar las incidencias de los pedidos y los procesos de reposición puede ahorrar un alto coste de oportunidad de las ventas perdidas.
Rendimiento de los proveedores
Un fracaso en la gestión y la coordinación de proveedores puede dar lugar a interrupciones en la cadena de suministro: problemas de entrega, descenso en la calidad de los productos… condicionantes que podrán dañar a lo más importante, la credibilidad y los resultados de tu empresa. Asegúrate de tener una alternativa para controlar los parámetros de rendimiento de tus proveedores, ya que sin ellos te quedarás colgado.
y tú, ¿conoces otros insights para descubrir en qué estado se encuentra tu cadena de suministro?